Todo comenzó hace algunos años, en 1996, cuando a un tal Miguel Lospitao se le ocurrió llevar a la práctica una idea que tuvo en su juventud: construir un pequeño mesón en lo alto de la montaña que está frente al Castillo Medieval de Medellín.
Años atrás, Miguel Lospitao era un joven con ganas de comerse el mundo y emigró a Alemania para hacer fortuna y poder enviar dinero a su familia. Estando allí trabajando de albañil se fijo en un restaurante situado en lo alto de una colina y soñó con poder hacerlo al volver a casa, a Medellín.
30 años después, y con ayuda de un amigo constructor, lo consiguió. Así nació Quinto Cecilio. El tiempo y su fama de buen hacer han convertido ese pequeño mesón en un gran complejo turístico de referencia en donde poder comer, descansar y disfrutar.
¿Y el origen de su nombre?
Lospitao llamó a su sueño Quinto Cecilio en honor al fundador del Campamento Metellinum (78-79 a.c.), el político y militar romano Quinto Cecilio Metelo Pío. Y la imagen que nos caracteriza es la Kylix Ática, la copa de cerámica de la figura del Dios Zeus y que fue el primer hallazgo romano de la necrópolis de Medellín.
Un estudio sociológico del año 1996, nos descubrió la necesidad que existía dentro de la población extremeña de tener un lugar en donde el protagonismo lo tuviera la comida tradicional de nuestros abuelos.
En nuestros años de experiencia en la comida de vanguardia, finalmente hemos hecho de los arroces nuestra especialidad, desde arroces caldosos con productos locales de la tierra (pollo, liebre y aves de temporada) hasta el arroz con carabineros y el arroz con bogavante. Cualquier que sea tu elección siempre será un acierto y una exquisitez para el paladar.
Miguel Lospitao
El primero en poner a Medellín en el mapa del mundo fue Quinto Cecilio, luego Hernán Cortés lo incluyó en la Historia, y, ahora Miguel Lospitao lo ha hecho universal reconquistando y reconstruyendo los sabores de Quinto Cecilio.